Por Gastón Bustelo - gbustelo@losandes.com.ar
Una vez más, como tantas otras veces, la solidaridad de los mendocinos pulverizó los 5 mil kilómetros de cordillera que se levantan entre Argentina y Chile como un muro infranqueable, cuando algún desastre golpea con fuerza al pueblo chileno.
Si sumamos en plata el valor de la ropa, alimentos y agua donada; la cifra supera el millón de pesos junto con el efectivo depositado. El monto puede servir de referencia para mensurar la solidaridad de los mendocinos con los chilenos.
Las donaciones llegaron debido a las recaudaciones que se realizaron en distintos espectáculos, campañas en colegios y escuelas, acciones de distintos credos y también personas que sólo por su cuenta se arrimaron a donar lo que podían "desde un cartonero hasta familias de la Quinta" cuentan conmovidos los que trabajan en el Consulado, ubicado en calle Belgrano al 1080, y que están encargados de que las donaciones lleguen a las personas que las necesitan.
Esquina de Chile en Mendoza
El clima que se respira en el Consulado General de Chile en Mendoza oscila entre el sufrimiento y la esperanza. El entusiasmo de los cinco voluntarios que se ocupan de embalar la mercadería recibida es arrollador y lo contagian. Pero también se perciben otros sentimientos: las caras de las autoridades y personal administrativo muestra angustia por los familiares que tienen en su país, dolor por la situación que está atravesando el pueblo chileno y cansancio; es que llevan un mes trabajando casi todos los días para organizar la tarea de asistencia.
"Vivimos esta situación con angustia y tristeza, pero también somos optimistas porque vemos que el país y su gente no se siente derrotada. Es admirable cómo siguen para adelante, no sienten que se les acabó la vida ni que estén perdidos", dice el canciller del Consulado de Chile en Mendoza, Jean Pierre Ron Aide, mientras se le llenan los ojos de lágrimas: "Esa gente es muy pobre y que sigan peleando para salir es conmovedor. A los pescadores, a los artesanos, a todos ellos los afectó el tsunami y el terremoto".
Solidaridad que aleja el dolor
No ocultan en el Consulado que la cantidad de donaciones recibidas, les da fuerzas para seguir adelante y trabajar casi sin descanso. "Es nuestra forma de ayudar y de hacer patria", cuenta el Canciller. También es consciente que guarda recuerdos que quedarán grabados en su memoria: "El segundo camión con mercadería salió a Chile el miércoles 17 de marzo a las 16.
A las 16.15 ya estaban llegando camionetas con más donaciones", cuenta Jean Pierre Ron Aide y agrega: "Llegó un cartonero y dejó un kilo de arroz o de azúcar y también han venido a traer donaciones las familias de la Quinta Sección".
Con este relato, el funcionario chileno quiere explicar lo que viven a diario en ese pedacito de Chile en Mendoza. "Cuando la gente viene con cariño a entregarnos las donaciones nos da fuerza para seguir adelante", señala y cuenta que es común que algunos chicos de diferentes escuelas y colegios vayan a llevar las donaciones: "Cuando vienen les mostramos las fotos del terremoto y ven que lo que traen será para ayudar a chicos igual que ellos. Quedan muy impactados y conmovidos luego de ver esas imágenes".
Jean Pierre no se cansa de dar ejemplos que demuestran la solidaridad de la sociedad mendocina para con los chilenos. "Empresas argentinas nos dejaban 25 mil litros de agua, otros 500, el miércoles 17 salieron 50 mil litros de agua para Chile. En los colegios organizaban las donaciones y una semana, por ejemplo, la dedicaban a recolectar solamente agua y después la traían".
Gracias totales
También comentó Jean Pierre que han llamado "médicos y enfermeros ofreciéndose para ir a Chile a ayudar y también constructores, pero eso no lo manejamos nosotros", aclaró. Además de las donaciones materiales, mucha gente está en el Consulado ayudando voluntariamente a embalar los alimentos y ropa que reciben.
"Vienen voluntarios de diferentes credos y nos ayudan a armar los bultos para que lleguen a Chile. Cada vez que hay que cargar un camión es una fiesta. Se juntan unas 40 personas ayudando desinteresadamente. Vienen porque saben que necesitamos su tiempo, su ayuda y su trabajo".
"Soy chilena, llegué a Mendoza hace 24 años porque mis padres se vinieron a trabajar", dice Ángela Baigorra (30), que es chilena y vive en Mendoza hace 24 años y agrega: "Me conmovió lo que vi y vine a ofrecer mi ayuda. Me llega esta situación, tengo tíos y abuelos allá. Embalamos mercadería y ayudamos en lo que podemos".
Algo similar le pasó a la mendocina Eva Roberti (25): "Pertenezco a una iglesia evangélica. Estudio profesorado de EGB y trabajo por horas en servicio doméstico. Sabemos que la gente de Chile nos necesita, tenemos hermanos en Cristo; si ellos sufren nosotros también".
Gustavo Lucero (40) es mendocino, está desocupado y explica: "Vine al Consulado porque la Iglesia habla del amor por el otro y creo que no sólo pasa por hablarlo, también hay que ejercerlo y ésta es una forma. Me gustaría ir a Chile y ayudar a reconstruir las viviendas". Débora Molina (25) también es mendocina y ayuda en la sede consular: "Cada cinco minutos llegan personas de distintos barrios con donaciones. Viene desde el humilde con una bolsista de supermercado y camionetas lujosas; hay de todo".
Por su parte, el cónsul general de Chile, Eduardo Bonilla Menchaca, no deja de manifestar su agradecimiento por las donaciones y cuenta también que lo ha sorprendido mucho "la solidaridad tan grande" del pueblo mendocino. "Sabe la gente en Chile que llega ayuda de Mendoza y de otros lados de Argentina. Los encargados de llevar las donaciones contaban que la gente les tocaba bocina cuando los veían llegar; han recibido muestras de afecto y eso es emocionante", confiesa.
Fuente: Los Andes/on line
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