Mientras en muchas villas de la ciudad de Córdoba la acumulación de basura es un problema sin resolver, con consecuencias sobre la salud humana y el medio ambiente, en los asentamientos Bajo Pueyrredón y Barranca Yaco no lo es tanto desde que funciona un sistema de higiene basado en el retiro de los residuos de cada rancho y en la limpieza del entorno. Más de mil familias se benefician con este programa social y ambiental.
En efecto, 10 ecorrecolectores –cuatro mujeres y seis varones– levantan las bolsas de residuos dentro de ambas villas, con la particularidad de que lo hacen a pie y “puerta a puerta”, ayudados con carretillas, palas y rastrillos. Tras completar un recorrido fijo de lunes a viernes de 9 a 13, y excepcionalmente los sábados, depositan la basura en contenedores ubicados en la ciclovía paralela a la ruta 19, que son recolectados cada día por Córdoba Recicla Sociedad del Estado (Crese).
El programa de ecorrecolectores arrancó el 16 de abril de 2007 como prueba piloto en Bajo Pueyrredón, tras un convenio entre la Secretaría de Ambiente municipal y la Fundación El Faro. En julio de 2009 se amplió a Barranca Yaco. Este convenio es renovable cada seis meses.
Los ecorrecolectores también colaboran con la limpieza de los espacios verdes cercanos a las villas, donde suele acumularse basura. Algunos desmalezan terrenos invadidos de yuyales. Para eso cuentan con motoguadañas. El Faro provee la nafta, el aceite y la tanza. Otros ecorrecolectores barren con cepillos la calle Ciriaco Ortiz, la única asfaltada que atraviesa Bajo Pueyrredón en un tramo de 500 metros.
Antes de empezar a trabajar, los ecorrecolectores fueron vacunados contra el tétanos y la hepatitis, debido a que iban a estar en contacto con la basura.
Crese distribuye herramientas, insumos y ropa de trabajo a El Faro, que se los entrega a los ecorrecolectores.
Único en su tipo. El sistema de ecorrecolectores es único en la Capital. En ninguna otra villa se ejecuta, aunque hay planes para ampliarlo a otros asentamientos, indicó el presidente de la Fundación El Faro, Mauricio Verderone.
Tanto ecorrecolectores como promotoras residen en ambas villas y necesitaban trabajo para sobrevivir. Por eso fueron elegidos por la fundación. En pequeña escala, el sistema contribuyó a paliar el desempleo.
No obstante, la mitad de los ecorrecolectores tiene otras changas: cartonear, vender discos compactos en la peatonal y hasta trabajar en bufés de bailes de cuarteto.
Tanto Mauricio como su hermano Luciano, tesorero de la fundación, opinaron que el programa está resultando “exitoso”.
La Voz del Interior acompañó a los ecorrecolectores y promotoras ambientales en su tarea dentro de la villa Bajo Pueyrredón, dirigidos por Elena Godoy.
Manifestaron que la gente “colabora bastante”, ya que saca las bolsas de basura antes de las 9. “Teniéndolas disponibles en ese horario, es posible levantarlas”, subrayaron. También recogen botellas, trapos, papeles, animales muertos “y todo lo que queda suelto a la orilla de la ruta 19 y la ciclovía”. Les escasean los rastrillos y las bolsas de consorcio.
Admitieron que sufren “problemas” con los carreros, que descargan basura en cualquier lugar. “Juntamos esos residuos en bolsas y después los dejamos al lado de los contenedores para que Crese se los lleve. Hacemos un trabajo extra por culpa de los carreros”, confesaron.
Formación periódica
Desde 2007 y en forma periódica, ecorrecolectores y promotoras ambientales son capacitados en temas vinculados con la basura, la higiene y la salud por profesionales del dispensario 7 y, en su momento, de la empresa Cliba.
A favor del ambiente
Sistema. Ecorrecolectores recogen la basura producida en villas Bajo Pueyrredón y Barranca Yaco, limpian la zona y desmalezan.
Beneficiarios. Unas 750 familias de villa Bajo Pueyrredón y otras 370 de villa Barranca Yaco.
(Fuente: infobae.com)
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