LA PLATA.- "Contra el frio: pase y pida una sopa caliente. Gratis", así dice el cartel, escrito en tiza blanca sobre un pequeño pizarrón negro expuesto en la vereda del local "Entre panes". Al final del anuncio, destinado a alimentar a personas en situación de calle, hay dibujada una sonrisa.
Pablo Rodriguez, de 34 años, escribió el cartel el viernes, cuando empezó a ofrecer la sopa. Desde entonces más de cien personas pasaron a pedir un vaso caliente. Hizo sopa de pollo, de calabaza y zanahoria, de puerros, cebolla y papa. Las ofrece en vasos térmicos, a los que pasan por su pequeño local de comida rápida situado en las calle 58 entre 8 y diagonal 73 de La Plata .
En el pequeño local donde trabaja desde las 11 de la mañana hasta las 9 de la noche, Pablo vende milanesas, papas fritas, hamburguesas, tostados y bebidas a precios muy razonables. Pero él siempre tuvo el sueño de alimentar a quienes no pueden pagar su comida. Y así, este pequeño emprendedor, decidió ofrecer lo que mejor sabe hacer:cocinar para los que más lo necesitan.
"Fue muy emocionante la respuesta de la gente y del barrio. Muchos vinieron a ofrecer ayuda", dice el hombre, que no se queja por dar a los demás, pese a que tiene gastos fijos por unos 15.000 pesos mensuales.
Pablo no solo da comida. Dentro del local hay una música suave. El tema "Confesiones de Invierno" de sui generius suena mientras la sopa de cocina: "Hace frío y me falta un abrigo y me pesa el hambre de esperar", dice la música que suena de fondo.
El negocio es pequeño, apenas entran las cacerolas, las dos heladeras, el mostrador y la cocina. Hay olor a comida casera, hay música, y Pablo recibe a los visitantes con amor. "¿Que salsa le vas a poner?" pregunta a Julián, que compra un sandwich de milanesa. "Dejá, te la pongo yo así no te ensucias las manos", dice cuando obtiene la respuesta que espera.
En tanto, Charly García canta: "Dios es empleado en un mostrador, da para recibir. Quién me dará un crédito mi señor. Solo se sonreír". Pablo sonríe a las personas que entran a su local. Y les ofrece un vaso de sopa gratis, a los que tienen hambre y tienen vergüenza por no poder pagar su comida.
"Fue muy emocionante la respuesta de la gente y del barrio. Muchos vinieron a ofrecer ayuda", dice el hombre, que no se queja por dar a los demás, pese a que tiene gastos fijos por unos 15.000 pesos mensuales.
Pablo no solo da comida. Dentro del local hay una música suave. El tema "Confesiones de Invierno" de sui generius suena mientras la sopa de cocina: "Hace frío y me falta un abrigo y me pesa el hambre de esperar", dice la música que suena de fondo.
El negocio es pequeño, apenas entran las cacerolas, las dos heladeras, el mostrador y la cocina. Hay olor a comida casera, hay música, y Pablo recibe a los visitantes con amor. "¿Que salsa le vas a poner?" pregunta a Julián, que compra un sandwich de milanesa. "Dejá, te la pongo yo así no te ensucias las manos", dice cuando obtiene la respuesta que espera.
En tanto, Charly García canta: "Dios es empleado en un mostrador, da para recibir. Quién me dará un crédito mi señor. Solo se sonreír". Pablo sonríe a las personas que entran a su local. Y les ofrece un vaso de sopa gratis, a los que tienen hambre y tienen vergüenza por no poder pagar su comida.
Fuente: lanacion.com.ar
No hay comentarios:
Publicar un comentario