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viernes, 8 de junio de 2018

La solidaridad comienza por dar

Print Friendly and PDF El corazón late, bombea nuestra sangre a todo el cuerpo, marca un ritmo. Se agita si la exigencia física aumenta para continuar dando la respuesta que el organismo necesita. Asociamos este órgano con el amor y la generosidad. En tiempos de crisis, hay que ajustar el ritmo y dedicar mayores recursos económicos y humanos para que valores como la dignidad y la justicia social no sufran tan dramáticamente los impactos.


La extensa red de contención que Cáritas Argentina ( www.caritas.org.ar/sumate) ha sabido armar a lo largo de los últimos 60 años incluye parroquias, capillas y centros, a través de los cuales unos 32.000 voluntarios generosamente se ocupan de atender las necesidades de los más postergados.

Cáritas también ha reconocido lo que denomina "nuevas formas de pobreza", ligadas al creciente consumo de sustancias adictivas, proponiendo desde hace ya unos años un abordaje específico a través de los Hogares de Cristo, impulsados por el entonces cardenal Bergoglio, y la Pastoral de Drogadependencia, en una red que abarca a más de 10.000 personas a través de 82 centros barriales. Los testimonios de quienes enfermaron y se recuperan son impactantes ( http://bit.ly/2M5SLDW).

Como esta, son muchas las acciones que Cáritas lleva adelante y para las cuales requiere de la solidaridad de todos. No hace mucho, monseñor Oscar Ojea, presidente de la Conferencia Episcopal, nos invitaba a revisar nuestro compromiso con los más necesitados. La colecta sale de los templos porque la solidaridad no tiene credos y nos invita así a todos a transformar la realidad, apoyando a una institución confiable.
Recitales, exposiciones, bicicleteadas, alcancías en supermercados y visitas casa por casa serán algunas de las actividades que se realizarán mañana y pasado mañana bajo el lema "La solidaridad empieza por dar". Debemos "bombear" más recursos para atender necesidades crecientes, al ritmo de una realidad que nos conmueve y entristece, pero que también nos convoca a ser generosos, sin olvidar que cuando damos somos más felices.
Fuente: lanacion.com.ar

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