Es cierto también que si uno dispone de algo para dar, sea esto material, espiritual o el propio tiempo, no importa qué, puede erróneamente experimentar sentimientos de superioridad frente a otro supuestamente "careciente". Cuesta mucho aceptar la riqueza de una alteridad que ofrece la enorme posibilidad, concreta e inmediata, de ser mejores personas simplemente acercándose a otros.
Seguramente muchos ya hemos experimentado esta conciencia, pues siempre se ha destacado la enorme solidaridad de los argentinos. Cuando las personas se movilizan a favor de los demás, se activan neurológicamente en ellas centros asociados al placer que, en términos antropológicos, han contribuido al desarrollo y la subsistencia de la especie humana a lo largo de la historia.
Este fin de semana tendrá lugar, en todo el país, la colecta anual de Cáritas con el lema "Todo lo que se comparte se multiplica". Esta frase bíblica pertenece al mensaje que el papa Francisco dirigió a la comunidad de Varginha, en una favela pacificada de Río de Janeiro, que vive situaciones de pobreza y exclusión social, durante su viaje en 2013, para la Jornada Mundial de la Juventud. También recientemente destacó que Cáritas "no es una simple organización humanitaria" que trabaja en infinidad de parroquias del mundo, sino que en ella se renueva aquel generoso accionar de las primeras comunidades cristianas. Así, desde capillas, parroquias y diócesis de toda la Argentina, se trabaja esforzada y silenciosamente a lo largo del año para animar cada nueva Colecta Anual (www.caritas.org.ar/colecta2015/Colaborar.htm), que se hará visible también en las calles.
Lo recaudado cada año permite dar respuesta a muchas problemáticas ligadas a la pobreza, desde la dignidad, la justicia y la solidaridad. Los testimonios son elocuentes y reconfortan el alma (www.caritas.org.ar/colecta2015/Testimonios.htm). Microemprendimientos productivos y de autoconsumo, capacitación laboral, planes de inclusión educativa, formación en ciudadanía, centros comunitarios de atención integral, jardines maternales, trabajo y asistencia a personas en situación de calle, así como prevención y atención de emergencias climáticas son sólo algunas de las vertientes por las que circula la ayuda generosa que, en 2014, alcanzó a más de cuarenta mil personas, a más de diez mil familias damnificadas por inundaciones y que contribuyó a complementar la alimentación de casi trece mil niños.
Ningún gesto de amor es pequeño. Cuando la división y el enfrentamiento entre los argentinos pugnan permanentemente por instalarse, esta colecta nos brinda la inmejorable oportunidad de superar cualquier diferencia para, juntos, ayudar a quienes más lo necesitan. Como decían recientemente los obispos, que una realidad en la que la pobreza y la exclusión que sufren tantos nos lastima nos una para beneficio de todos. Podemos compartir los bienes, pero mucho más valioso aún es compartir también la esperanza de construir un futuro inclusivo para todos. Dejemos las divisiones para quienes sólo buscan restarnos fuerzas, y sumemos y multipliquemos nuestro aporte, seguros de que les estamos dando el mejor destino.
Fuente: lanacion.com
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