En el medio de una ola de calor extremo en New York y con la exhibición en la sala de las últimas fotos de la hambruna que se está produciendo en Somalia, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas discutió por primera vez la posibilidad de crear una fuerza de “cascos verdes” para intervenir en los conflictos que los científicos predicen comenzarán a producirse por el cambio climático.
Obviamente no hubo consenso. Alemania presentó el tema. El secretario general Ban Ki Moon lo apoyó. Pero China dijo de inmediato que cualquier asunto alrededor del clima debe ser dejado en manos de los científicos. Rusia y Estados Unidos miraron para otro lado. Las pequeñas islas del Pacífico que ya están desapareciendo por el aumento del nivel de los mares presionaron sin mayor éxito. El resto del mundo parece no tener idea de lo que le están hablando.Lo cierto es que el último informe científico presentado a la ONU indica que para el 2050 habrá más de 200 millones de personas desplazadas como consecuencia de los desastres naturales creados por el cambio climático. Y que esto provocará conflictos internacionales. El Pentágono reconoce que las consecuencias de esos desplazamientos de población son una “amenaza multiplicadora” a la seguridad.
El embajador alemán ante la ONU, Peter Wittig, escribió en el sitio Huffington Post: “Repintar los cascos azules en verdes puede ser una señal muy clara de que estamos preocupados por el cambio climático. Pero el accionar de esta fuerza, a pesar de su cambio de color, ¿será diferente a lo poco que consiguen los cascos azules cuando actúan hoy en el mundo?”.
Esa y muchas otras preguntas estuvieron en las discusiones. Y hasta se presentó un nuevo estudio que habla de que la amenaza del cambio climático es tan grande como la de la proliferación nuclear o la del terrorismo.
Pero por ahora nada de esto logra conmover a los más grandes. Los Estados Unidos y Europa tienen mayores urgencias debido a los problemas de sus economías. La Historia nos habla de que hasta que la sangre no chorree y sea visible para muchos, el ser humano no hace nada para detener su derrame.
Fuente: clarin.com
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