¿Cómo podemos entender la desigualdad en la Argentina del siglo XXI?
Para abordar el tema de la desigualdad en la Argentina es necesario partir desde un enfoque de análisis que nos permita pensar las interrelaciones entre las distintas dimensiones del campo social. Y no simplemente analizar modelos productivos o partidos políticos que estuvieron de turno a la hora de gobernar la nación. Tampoco se puede dejar en manos de un solo partido o agrupación la explicación de las desigualdades.
Como varios trabajos de distintos antropólogos de los últimos años nos lo indican, la desigualdad no termina con la cuestión meramente económica, sino que involucra y se refiere a distintas dimensiones sociales como lo cultural, lo político, el parentesco, lo ideológico, etc. Abe destacar que estas dimensiones no son esferas separadas sino que se atraviesan mutuamente.
Así tenemos el caso de las sociedades complejas, que se caracterizan, en un grado variable, por la desigual distribución de los bienes materiales y simbólicos. Por sociedades complejas entendemos sociedades en las cuales existen ya excedentes de producción, y distintos tipos de desigualdades, como lo pueden ser las de género, de clase etc.
Nunca ha existido una estructura persistente de desigualdad económica y social sin que hubiera también algún tipo de sistema de significados que persiguiera tanto explicar como justificar la desigual distribución de los recursos sociales. Esto lo vemos reflejado y cristalizado en nuestra actual sociedad argentina.
El de estratificación social es un término general que describe estas estructuras sistemáticas de la desigualdad, que se dan siempre en sociedades estáticas. En las sociedades preindustriales está muy extendida la idea de que las desigualdades y por ende la estratificación social son naturales y reflejan aspectos en la cosmología que proveen una explicación de la sociedad misma, como todo lo que acontece en ellas.
A esto la antropóloga argentina María Rosa Neufeld en su libro Introducción a la Antropología Social y Política (2010) nos cuenta en un ejemplo muy claro. Recuerda la afirmación de Aristóteles cuando dice sobre la antigua Grecia: “Es así claro que hay, por razón de la naturaleza, hombres libres y esclavos, y que la servidumbre es justa y aceptable para los últimos… Asimismo, la relación del macho con la hembra es, por razón de la naturaleza, tal que uno es superior y la otra inferior, uno domina y la otra es dominada.” Esto se arraiga en la actualidad en las premisas según las cuales “si las desigualdades son naturales, entonces no es necesario seguir investigándolas”.
Junto a este aparente de lo que es “Natural”, se ha considerado que las desigualdades derivan de una estructura establecida por algún tipo de divinidad, por ejemplo los sistemas de castas hindúes de la india clásica. Dos conceptos religiosos sostienen el sistema, el Kharma y el dharma. El tema de las desigualdades no pasa simplemente por una inclusión educativa de los sujetos que conforman una nación. La desigualdad es parte de una estructura mucho más compleja que escapa al simple análisis de una sociedad como objeto de reflexión por parte de investigadores contemporáneos. Cuando los gobernantes y sus respectivos teóricos, que apuntalan una nación, se enfoquen en las complejidades de la desigualdad, se comenzará a superar esta problemática en la República Argentina.
Fuente: rafaela.com
exelente!
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