* Entidad sin fines de lucro, de gestión comunitaria y participación ciudadana *
martes, 1 de marzo de 2011
Aprender permanentemente
por Humberto Mancero Mosquera
El que no es capaz de aprender, jamás será sabio, debido a la falta de humildad de reconocer que siempre habrá gente superior debido a sus méritos, experiencia y ejemplo de vida.
Las lecciones que nos deja la permanencia en el poder por largo plazo, reflejadas en los acontecimientos de Egipto y Libia, nos deben hacer meditar profundamente para encontrar el equilibrio entre la democracia participativa, el tiempo de permanencia en el poder y cuántas reelecciones seguidas son las prudentes.
Los principios clave para sostener a los gobiernos están en la Biblia: el “tiempo oportuno” y el “libre albedrío”. Los hombres fueron creados para ser libres, y se les dio el derecho y la capacidad de elección desde el principio.
Existen 16 dictaduras en el mundo: Turkmenistán, Zimbabwe, Guinea Ecuatorial, Guinea, Egipto, Arabia Saudita, Libia, Mauritania, Siria, Sudán, China, Corea del Norte, Nepal, Pakistán, Tailandia, Cuba.
Lecciones aprendidas:
A los pueblos les gusta la libertad, participar en democracia y ser consultados de cómo administrar su nación, sobre todo en los grandes cambios, ideal que no siempre se cumple y asumen este reto los parlamentarios, asambleístas o diputados.
Llegar al poder por democracia participativa, golpes de Estado, y permanecer demasiado tiempo, genera el desgaste natural de ineficiencia, sostenibilidad y sustentabilidad de los ideales que inspiraron el cambio, renovación o revolución.
La falta de líderes que fortalezcan la sucesión en el poder, con el surgimiento de las nuevas generaciones, ávidas de conocer mejor el mundo globalizado e integrado por las tecnologías de las telecomunicaciones de la sociedad del conocimiento y la información, donde casi nada está oculto, deja de ser sostenible cuando el pueblo deja de ser escuchado.
Conclusiones:
1) ¿Cuál es el tiempo adecuado para iniciar y concluir un proceso de cambio y renovación? No debería sostenerse por más de tres reelecciones democráticas de entre 12 y 15 años, suficiente tiempo para consolidar un país y convertirlo en nación desarrollada con capitalismo solidario en lo económico, social y político. De allí en adelante la alternabilidad es sana.
2) La clave está en el proceso de planificación estratégica de largo plazo y la ejecución oportuna de sus planes de operación anual. Descentralizar la ejecución de lo aprobado por regiones, buscar autonomías. Centralizar las grandes decisiones y políticas de estado e inversiones emblemáticas: Aplicar la economía de la regulación y autorregulación con un pueblo educado, sano y disciplinado.
3) Los pueblos se merecen los gobernantes que eligen. Es nuestro privilegio ratificar o cancelar nuestra confianza en cada elección democrática, además de que nuestra excelente Constitución garantiza el derecho
a la resistencia y los mecanismos para solicitar las revocatorias de mandatarios y autoridades que incumplan con sus postulados.
4) Es justo reconocer que en el Ecuador existe verdadera democracia, pero algunos actores sociales no están listos para ejercerla y abusan de ella, generando caos social.
Fuente: telegrafo.com.ec
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