A la vez que se incrementa la presencia y circulación de drogas en el país, ha ido en aumento el consumo y, con ello, el número de adictos.
En este contexto, la extensión y gravedad del problema sanitario de la adicción ha dejado al descubierto la insuficiencia de las respuestas institucionales.Son escasas las medidas de concientización destinadas a desalentar el consumo de estas sustancias, en especial entre los chicos y adolescentes, quienes tempranamente adquieren hábitos que pueden favorecer la adicción. También es necesario esclarecer y fortalecer el papel de los padres en la prevención y el tratamiento de las adicciones. Además, resultaría apropiado promover lazos sociales a partir de actividades deportivas y culturales, fomentando entornos que desalienten la adicción.
Y fundamentalmente es necesario incrementar los centros de tratamiento e internación de adictos. El problema sanitario es más grave en los barrios pobres y en las villas, donde el Estado se halla virtualmente ausente. Es imprescindible dar respuestas al creciente consumo de paco, así como diseñar tratamientos y mallas de contención para los chicos y adolescentes adictos provenientes de villas y que a veces carecen de hogar o que tienen padres que consumen y venden drogas.
En el caso del paco, se estima que hay 180 mil adictos en el país, en su mayoría adolescentes. Ante este nivel de penetración se requiere una política específica, que tienda a la atención sanitaria y también a la capacitación y educación de los jóvenes.
El aumento de la drogadicción y, en particular, del consumo de paco, pone de manifiesto la insuficiencia de las respuestas institucionales en materia de prevención.
Fuente: clarin.com
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