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La reconstrucción de Haití, un año después del devastador terremoto que se cobró más de 300 mil muertos, sigue siendo...
una enorme asignatura pendiente para América y el conjunto de la comunidad internacional. Se trata de la peor catástrofe humana ocurrida en lo que va del siglo XXI, solo comparable con el tsunami que arrasó las costas del sudeste asiático en 2004. Se trata además del país más pobre del hemisferio y su población, la más castigada por los más diversos flagelos; además de los climáticos y sanitarios, del hambre y las enfermedades, los recurrentes brotes de violencia que reducen a polvo, sangre y escombros los esfuerzos de pacificación y reconstrucción.
El terremoto del año pasado convocó la más importante movilización internacional de recursos para la asistencia y ayuda humanitaria. Gobiernos, organismos internacionales, fuerzas multinacionales de paz y un ejército de voluntarios, médicos, trabajadores sanitarios y miembros de ONG se alistaron para los esfuerzos de rescate. Hubo que dar sepultura a los cientos de miles de muertos y atención a los millones de sobrevivientes, heridos y desplazados y sobrellevar la destrucción de la infraestructura de transporte, vivienda, abastecimiento de agua y saneamiento. Diez meses después, un brote de cólera se propagó rápidamente causando miles de víctimas. El reclamo es por un nuevo esfuerzo adicional de asistencia para evitar la propagación de epidemias, así como un apoyo más sostenido para la reconstrucción de mínimas condiciones de vida.
La reconstrucción de Haití, un año después del devastador terremoto, sigue siendo una asignatura pendiente para América y para toda la comunidad internacional.
Fuente: clarin.com
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