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lunes, 27 de diciembre de 2010

La Urdimbre, de Luján: Recuperación y reinserción para los adictos

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por Micaela Urdinez

La comunidad tiene una granja en la que los adultos se internan para poder salir adelante y labrarse un nuevo camino.
 
Carlos empezó a consumir drogas a los 15 años. Marcado por una infancia sin padre, una madre sobreprotectora y una calle que se transformó en su guarida, empezó a sucumbir ante la cocaína. "Yo me hice en la calle. Ahí aprendí muchas cosas para poder sobrevivir, pero también adquirí el peor de los vicios", cuenta este joven de 30 años que está haciendo todo lo posible por tener una nueva vida.

En enero de este año ingresó en La Urdimbre, una comunidad terapéutica que ofrece a hombres marginados del sistema, adictos a las drogas o en situación de riesgo, una oportunidad de superación de su problemática y una futura inclusión social.

"Mi mujer siempre me levantaba, pero en mi inconsciente yo pensaba que estaba destinado a fracasar, a quedarme en el barrio y dejarme consumir. No sabía quién era en mi vida y agarré el camino de las drogas para ser alguien. Pero un día me cansé del estado de culpa permanente, del dolor en la cabeza y en el alma", dice Carlos, plomero y gasista de profesión y padre de Valentín, de 2 años.

Durante su estada en La Urdimbre, Carlos aprovechó sus conocimientos para dejar una huella y realizar toda la obra de instalación de gas del lugar. "Acá aprendés a valorar las cosas más cotidianas, como tener la ropa limpia o la comida en la mesa. Me di cuenta de que lo más importante es mi familia y de que tengo que hacer mi propio camino", agrega Carlos, que ve cerca su reinserción social y está ansioso por volver a vivir con su mujer y su hijo.

La Urdimbre está en el kilómetro 71,2 de la ruta 5, en Jáuregui, Luján Oeste. Nació en 2001, de la mano de un grupo de trabajadores sociales del barrio Los Tábanos, de Tigre. Liderados por el marista Miguel Schonfeld, consiguieron el terreno en comodato y empezaron a trabajar.

Es una granja en la que jóvenes adultos mayores de 18 años se internan para salir adelante. Llegan derivados de la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar), la Subsecretaría de Atención a las Adicciones (SADA) bonaerense y también por el "boca en boca", por la parroquia o conocidos.

"La urdimbre representa los hilos necesarios para tejer el telar. Nuestra filosofía sostiene que en la vida son necesarios los límites, las caricias, el juego, el tiempo y la escucha para tejer la historia de cada uno. Acá les damos un ambiente convivencial acorde para que se sientan libres de hablar", explica Guillermo Botto, director de la entidad.

Recibe en su mayoría a poliadictos, y entre los más grandes hay muchos casos de alcoholismo. Cuenta con 14 plazas, pues su objetivo es no masificar para poder brindar una atención personalizada. El tratamiento dura un año, en promedio, y desde 2007 más de 100 personas pasaron por la institución.

"Tiene que haber un referente que los ingrese y que siga su tratamiento. Lo ideal es que sea un familiar, porque en la medida en que tengan una familia que los contenga y sostenga, siempre va a ser más fácil su reinserción", dice Botto.

La consigna es simple: todo lo que se puede hacer con las propias manos se hace. Por eso, el predio cuenta con diferentes talleres relacionados con el trabajo en la granja: huerta, panificación, cerdos, aves y vacas. "Se hace el pan, se cocina, se lava, y tenemos animales de granja. Se busca que la labor sea terapéutica y no un fin en sí mismo. Cada uno tiene un área asignada, que es rotativa. Así, ellos son creadores de sus propios recursos y futuro. De hecho, muchos quieren trabajar en temas afines al campo cuando salgan", agrega Botto.

Durante la última etapa del tratamiento, previa a la reinserción social, los jóvenes hacen un mes de trabajo solidario en alguna institución, para dejar de ser asistidos y pasar a asistir. Es el paso previo a ver adónde van a ir a vivir y su inserción laboral. "Cuando los largás a la calle se los comen los buitres. Por eso lo que más necesitamos son empresarios dispuestos a darles una oportunidad a través de una pasantía", concluye Botto.

También solicitan la donación de insumos agrícolas (alimentos para animales y vacunas), un veterinario voluntario y una máquina de cortar pasto. Para contactarlos: 4746-5350, 155-527-3150 (Guadalupe), http://www.laurdimbre.org/

Fuente: lanacion.com.ar

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