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domingo, 22 de mayo de 2011

Los vecinos que arreglan sus cuadras, se llevan premios

por Ariel Caravaggio
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Es un concurso que incentiva acciones en grupo para mejorar la infraestructura y embellecer sus casas.
No sólo parecía otra ciudad y otro país. Entre el clima tropical, el acento ecuatoriano y la organización de los guayaquileños a la hora de trabajar para embellecer su ciudad, la sensación de los emisarios de la populosa localidad de San Miguel era la de estar en otra dimensión. Sin embargo, la idea de replicar en el Conurbano el famoso concurso que ya llevaba más de diez años premiando a quienes arreglan sus barrios en Guayaquil, se pudo cristalizar.
" Mejorá tu cuadra ” lo llamaron en el distrito del Noroeste bonaerense. La prueba piloto del certamen importado de Ecuador fue a fines de diciembre. La propuesta era sencilla: un mínimo de seis frentistas tenían un mes para arreglar la cuadra de sus hogares. Treinta días, ningún recurso económico más que la coordinación barrial, el trabajo en equipo y los materiales que pudieran conseguir.
Fueron 14 las cuadras inscriptas en los barrios Don Alfonso y San Antonio. Un jurado conformado por un periodista local, un concejal y un experto en urbanismo eligieron, comparando el antes y el después, las dos mejores cuadras. El primer premio, a repartir entre los anotados, era de $ 20.000, y el segundo de $ 5.000.
Tras el éxito de aquella primera etapa, las autoridades de San Miguel lanzaron el segundo concurso . Esta vez, casi todo el oeste del Partido estaba incluido. Y el número creció: 122 cuadras ubicadas en 18 de las 26 zonas en las que se divide la Comuna. Es decir: casi 40 barrios . “Invitamos a participar a quienes tienen cuadras de tierra mejoradas con rotura de cerámica por la Secretaría de Obras –explica Jaime Méndez, subsecretario de Gestión de Gobierno de San Miguel–. Son lugares carenciados, donde el Estado estuvo ausente por décadas. Lo que apreciamos en nuestro viaje a Guayaquil es que allá la confianza en el gobierno es grande. Acá, lo difícil era que los vecinos quisieran involucrarse”.
Pero una vez que se interesan, ponen manos a la obra: pintan las paredes, zanjean, cortan el pasto, colocan cestos de basura, carteles con los nombres de las calles y hasta teléfonos útiles. Toda idea es válida, y sólo el ingenio y el trabajo grupal generan buenos resultados.
“Antes de la propuesta del concurso, yo apenas conocía a mis vecinos de las casas de al lado”, admite Karina Ortiz, una de las participantes de la calle Edison, entre Ayerza y Sarmiento, en el barrio Don Alfonso. “Está bueno para conocerse y generar vínculos, incluso por el tema de la seguridad; y para intercambiar teléfonos para avisar si pasa algo”, asegura, y agrega: “En nuestra cuadra hay casi 15 familias trabajando, nos juntamos los fines de semana y vamos viendo qué falta arreglar. Y el premio viene bien”. En la segunda etapa, las zonas están divididas en cinco grupos. El mejor de cada zona recibe $ 5.000, y cada grupo tiene un ganador general que obtiene otros $ 5.000 extra.
“El dinero es casi simbólico. Algunos invierten para reponer lo que gastan en pintura o materiales. Pero en diciembre, el que salió segundo no gastó un peso”, explica Méndez. La mitad de los concursantes tenían tiempo hasta hoy para terminar los trabajos. El resto, hasta el 27, y dos semanas después comenzarán a definirse los ganadores. Mientras tanto, las palas cavan, los pinceles se empapan de pintura y las plantas amarran sus raíces. “Lo bueno es que, ganemos o no, una vez que terminemos vamos a querer que la cuadra siga estando como la dejamos”, dice Antonio López, de barrio Obligado. Esa, precisamente, es la meta.

Fuente: clarin.com

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